domingo, 19 de febrero de 2017

GARTH BROOKS: "Standing outside the fire" (Pasión)



(Letra en inglés y castellano al final del comentario)
Esta canción es una opción muy, muy personal, lo confieso. ¿Hay alguna referencia a Talento, Coaching, Trabajo en equipo o a Excelencia Ejecutiva?  No hay la más mínima. Ni siquiera un jefe insoportable, un sueldo mísero o la muy “country” mención a una botella de whisky a la que se recurre por un despido injusto. Nada.

Es una canción que me encanta y que he hecho sonar alguna que otra vez. La primera, cuando agradecimos la colaboración de un montón de colegas  anónimos con cara, por los buenísimos resultados obtenidos en un Proyecto concreto. A los sones de “Standing outside the fire”, fueron desfilando los rostros sonrientes del elenco de colaboradores que lo hicieron posible. Años después, volví a utilizarlo con un objetivo similar. Esta melodía de Garth Brooks es un impulsor del ánimo para mis entrañas.


Habla de pasión. O, al menos, a mí me habla de pasión: de quemarte, de poner la carne en el asador, de vencer las dificultades, de aceptar las heridas derivadas de una falta de cálculo exhaustivo de los riesgos. Habla de estar vivo. De volar cada vez más alto.

¡Qué lejos está la pasión de las conversaciones de muchos profesionales! ¡Cómo hemos logrado alejarla -con la colaboración agorera de todos- del conjunto de ingredientes de nuestra actividad diaria! Estos tiempos revueltos han terminado por enterrarla sin sepelio digno, bajo capas y capas muy densas de cinismo, de insatisfacción, de necesidad y de desesperación.

Hace años leí un titular en un medio económico que me llamó poderosamente la atención. No he logrado encontrarlo al bucear por las hemerotecas digitales, porque me habría gustado disponer de él. Decía “Nadie se levanta entusiasmado de la cama para incrementar el valor del accionista”.

En el fondo, ésa es la cuestión: cuando el único objetivo de nuestras largas jornadas de trabajo –el que ahora tiene el privilegio de tenerlas- y de nuestros esfuerzos y nuestras tensiones laborales es hacer que un dato frío y volátil, que muchas veces no depende ni de nosotros, vaya a alegrar la vida a un perfecto desconocido de Soria –gente muy simpática y recia, por otra parte- , Dakota del Norte o un remoto y umbrío lugar de Suecia…nuestra pasión se marchita y nuestro entusiasmo mengua. 

La pasión en nuestras actividades tiene mucho que ver con el sentido de lo que hacemos, con la utilidad de nuestra energía y con el crecimiento que experimentamos. Incrementar el valor para el accionista, maximizar el retorno de la Empresa o hacer crecer la cuota de mercado deberían establecerse como consecuencias, más que como objetivos.

Como ya está muy manido el recurso a frases de allende los mares y de mucho más allá de nuestras mesetas y páramos, recurriré a un autor nacional para expresar lo que debería ser el motor de nuestra dedicación y de nuestra inversión de las mejores energías. Lo encontré en las “Obras Completas” de Joan Maragall : “Ama tu oficio, tu vocación, tu estrella, aquello para que sirves, aquello en que realmente eres uno entre los hombres. Esfuérzate en tu quehacer como si de cada detalle que piensas, de cada palabra que dices, de cada pieza que pones, de cada golpe de tu martillo, dependiera la salvación de la Humanidad. Porque depende, créelo.” Sí, es difícil de creer y aceptar este texto si uno se dedica a dar martillazos o a poner la misma pieza en el mismo espacio durante años, así como puede parecer perfectamente aplicable al que habla en su trabajo (y no porque se dedique a dar mensajes por megafonía en una estación) o al que cada jornada se enfrenta a un espacio en blanco sobre el que volcar toda su creatividad y su ebullición interior. 

No aspiro a que llegue el día en el que cada actividad de cada persona esté conectada con la salvación de la Humanidad. Y menos en los tiempos actuales, en los que el ambiente de moda se tiñe de negro azabache sobre tal posibilidad. Bastaría con incrementar la dosis de sentido del trabajo de la gente, en relación al servicio que prestan, a la contribución que rinden a su sociedad, a las necesidades que satisfacen con su rutina diaria; invertimos poco tiempo –nulo, diría yo- en transmitir adecuadamente qué es lo que nuestras empresas contribuyen a mejorar en su entorno de actividad y a considerar ese servicio como el presupuesto esencial de que –como consecuencia natural de ese hecho- ganemos más o menos dinero y mostremos una mayor o menor cuota de mercado. Sin ese enfoque, matamos lo poco que puede quedar en el rescoldo de la pasión de nuestra gente.

“Standing outside the fire” me lleva también a otro tipo de consideraciones: “those hearts who have no scars to show/aquellos corazones que no tienen cicatrices que mostrar”, “who have to dance within the flame/a los que bailan dentro de las llamas” “who chance the sorrow and the flame/a los que se enfrentan a la tristeza y a la vergüenza”. Es una canción que alaba a los que hacen frente a la adversidad con un ánimo especial. Es cierto que lo achaca a los que están “coladitos” por alguien, pero también es legítimo poder estar enamorado de una vida con significado y apropiarse de estas palabras del cantante.

Hace unos meses topé con un libro muy interesante de un autor americano llamado Paul Stoltz. En su obra “El Coeficiente de Adversidad”, el Dr. Stoltz 
afirma  que todos nacemos con un empuje humano nato, básico de crecer y de ascender. Como el de subir una montaña. A medida que ascendemos, notamos que los logros no son uniformes para todo el mundo: habrá menos personas -y compañías- arriba que abajo. Stoltz escribe que esto se explica por el Coeficiente de Adversidad, como un elemento determinante del desempeño en un individuo. El Coeficiente de Adversidad  es el nivel de adversidad que uno está condicionado y entrenado a soportar para ascender la montaña y conseguir sus metas en el futuro inmediato. Nada muy distinto de lo que ya se atribuyó a Homero, miles de años antes: «El genio se descubre en la fortuna adversa; en la prosperidad se oculta».

El modo en el que aceptamos o no el grado de control sobre nuestras propias respuestas ante un entorno hostil, la iniciativa que mostramos para mejorar lo que identificamos que sí está bajo nuestro control, el grado en el que permitimos que un revés cuestiones nuestra vida entera o sólo ciertos aspectos de ella y la decisión del tiempo que durará nuestro “duelo” ante esa situación, son factores que condicionarán –en gran medida- nuestro crecimiento o nuestro empequeñecimiento ante las llamas, la tristeza, la vergüenza o las heridas de la vida.

Permanecer fuera del fuego no es vivir la vida, sino –como bien canta Brooks- sólo sobrevivirla. Y la angustia que produce esa actitud es la mejor yesca para provocar futuros y más pavorosos incendios.

Hay que desear “volar más y más alto” y el ritmo country de esta canción ayuda a ello.

GARTH BROOKS:
STANDING OUTSIDE THE FIRE (QUEDARSE AL BORDE DEL FUEGO)

We call them cool
Those hearts that have no scars to show
The ones that never do let go
And risk it the tables being turned

We call them fools
Who have to dance within the flame
Who chance the sorrow and the shame 
That always come with getting burned

But you got to be tough when consumed by desire
'Cause it's not enough just to stand outside the fire
We call them strong
Those who can face this world alone
Who seem to get by on their own
Those who will never take the fall

We call them weak
Who are unable to resist
The slightest chance love might exist
And for that forsake it all
They're so hell bent on giving, walking a wire
Convinced it's not living if you stand outside the fire

[Chorus:]
Standing outside the fire
Standing outside the fire
Life is not tried it is merely survived
If you're standing outside the fire

There's this love that is burning, deep in my soul
Constantly yearning to get out of control
Wanting to fly higher and higher 
I can't abide standing outside the fire




Llamamos “guays”
A los corazones que no tienen cicatrices que mostrar
A los que nunca dejan pasar las cosas
Aun a riesgo de que todo se ponga patas arriba

Llamamos locos
A los que bailan dentro de las llamas
A los que se enfrentan a la tristeza y a la vergüenza
Que siempre aparecen cuando te quemas

Pero tienes que ser muy duro cuando te consume el deseo
Porque no basta con quedarte al borde del fuego

Llamamos fuertes a los que se enfrentan en solitario a este mundo
Y parecen manejarlo todo por su cuenta
Aquellos que nunca admiten ser culpables

Llamamos débiles a los que son incapaces de resistir
Cualquier mínima oportunidad que da el amor
Y por ella, lo abandonan todo
Se dan completamente, hasta caminar por el filo
Convencidos de que no se puede vivir si te quedas al borde del fuego

Quedarse al borde del fuego
Quedarse al borde del fuego
No es estar vivo, sólo sobrevivir
El quedarse al borde del fuego


Este amor arde
profundamente en mi alma
anhelando constantemente perder el control
y hacerme volar más y más alto
No puedo resignarme a permanecer al borde del fuego 

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