domingo, 14 de diciembre de 2014

LA CRISIS, ¿HISTORIA, DRAMA, ACTUALIDAD...EXCUSA?

En pocos y recientes días, he escuchado a tres miembros del Gobierno (si incluimos en él a los Secretarios de Estado) decir adiós al horror de la crisis con ánimo esperanzado y dar la bienvenida a doña Recuperación con bandas y fuegos de artificio.

Fátima Báñez -Ministra de Trabajo- en el entorno de los Premios Emprendedores & Empleo (http://www.expansion.com/2013/11/20/emprendedores-empleo/emprendimiento/1384939938.htmlCarmen Vela -Secretaria de Estado de Innovación- dentro del Encuentro organizado por Peoplematters en el Observatorio Colón (http://www.peoplematters.com/observatorio_colon__ponencia_carmen_vela_secretaria_de_idi.aspx) y el Presidente del Gobierno en unas recientes declaraciones teñidas del verde de la esperanza y del rosa de los sueños, han hablado -con diferentes tonos, eso sí- de una recuperación en ciernes.

Hay que ser optimista siempre, porque siempre hay motivos para serlo y porque así se encuentran en nuestro camino razones adicionales para serlo. Sin embargo, aún comprendiendo que tienen razones públicas y gruesas para proclamar que en las cafeterías de España y en las gráficas de sus estudios suenan anuncios de épocas mejores inminentes, mi pobre opinión es que están muy alejados de la realidad.

Y no es sólo porque hay sesudos y brillantes expertos que lo dicen (Carlos Ocaña, de FUNCAS en http://www.europapress.es/economia/macroeconomia-00338/noticia-economia-macro-ampl-funcas-mejora-previsiones-estima-pib-crecera-14-ano-24-2015-20141211125753.html, o José Carlos Diez http://www.jcdiez.com/2014/12/12/mariano-seguimos-en-crisis/) y restaurantes y tiendas donde hay más sitios vacíos que repletos de gente conversando acerca de sus expectativas de recuperación. En mi limitado campo de observación, veo a mucho joven prematuramente separado de su formación básica sin armas para el mercado de trabajo actual, a mucho brillante profesional aletargado en su búsqueda de trabajo por tener a la edad como factor limitante, a mucho trabajador en activo desilusionado con el proyecto empresarial en el que tiene una nómina salvadora...

Es decir, que concluyo que es probable que nos encontremos en uno de los peores momentos de la crisis, porque en lugar de tener la oportunidad de ir a las raíces de la misma, corremos el riesgo de contentarnos con los primeros frutos verdes -pequeñitos y pendientes de un rabito- de una cosecha que ya quieren algunos festejar.

A mi juicio, pobre juicio en unas líneas, la recuperación del empleo, el crecimiento económico y el sostenimiento de ese mal llamado "Estado del Bienestar" (yo lo rebautizaría como "Estado del Sestear") son fines equivocados de la Política de este Gobierno...y de muchos de los que lo critican y que tampoco están haciendo mucho por revertir la situación. Si son realidad un día, lo serán como consecuencias de aspectos más profundos que tiene que ser revitalizados en la vida pública y en la privada de nuestras organizaciones: la voluntad de servicio, el destierro del cortoplacismo, el redescubrimiento de la dignidad profunda del trabajo, la persecución del "ande yo caliente...", el abatimiento de la impunidad y la existencia de proyectos comunes que aúnen voluntades y no sólo de ideítas privadas que me sirven de ariete contra las de los demás.

Como bien escribía Ortega y Gasset, hablando de la España de los años veinte y de su Historia, y casi profetizando su futuro y su presente actual en su "España Invertebrada":
 
La potencia verdaderamente sustantiva que impulsa y nutre el proceso es siempre un dogma nacional, un proyecto sugestivo de vida en común.

Repudiemos toda interpretación estática de la convivencia nacional y sepamos entenderla dinámicamente. No viven juntas las gentes sin más ni más y porque sí; esa cohesión a priori sólo existe en la familia. Los grupos que integran un Estado viven juntos para algo: son una comunidad de propósitos, de anhelos, de grandes utilidades.
 
Sólo habrá potencia y energía para salir airosos de esta crisis en los niveles macro y micro, cuando recuperemos la fuerza de los propósitos profundos y movilizadores de cada sociedad, cada empresa y cada individuo. Y hay mucho ideal que hemos perdido en el camino.

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