miércoles, 24 de diciembre de 2014

FELIZ NAVIDAD...VERDADERA

He recibido estos días mensajes de renos, de pingüinos, de raperos, de jirafas, de filósofos... en los que me desean desde la paz hasta los éxitos más inimaginables, pasando por un catálogo de mil y una cosas agradables.

Los agradezco, pero siempre pienso que un mes del calendario no puede por sí mismo ser ni causa suficiente ni catalizador eficaz de esos deseos tan sublimes.

Y prefiero ir a las fuentes: como recordó recientemente el Papa Francisco, la Navidad es "cuidar su vida espiritual, su relación con Dios; cuidar su vida familiar; cuidar sus relaciones con los demás, transformando la fe en vida y las palabras en obras buenas; cuidar su hablar, purificando la lengua de las palabras ofensivas; sanar las heridas del corazón con el aceite del perdón; cuidar su trabajo, cumpliendo con entusiasmo, con humildad, con eficacia, con pasión, con ánimo que sabe agradecer al Señor; cuidarse de la envidia, de la concupiscencia, del odio y de los sentimientos negativos que devoran nuestra paz interior; cuidarse del rencor que nos lleva a la venganza; cuidar a los hermanos débiles; cuidar que esta Santa Navidad no sea jamás una fiesta del consumismo comercial, de la apariencia o de los regalos inútiles, o de los gastos superfluos, sino que sea la fiesta de la alegría de recibir al Señor en el pesebre y en el corazón".

Creo que todos estaremos bastante de acuerdo en muchos de esos consejos, aunque nos veamos -yo me veo- lejos de tener el certificado de incorporación efectiva a nuestro día a día.

Y como en ese texto del Papa aparece la palabra que dio origen a este blog, la recito: "cuidar su trabajo, cumpliendo con entusiasmo, con humildad, con eficacia, con pasión, con ánimo que sabe agradecer al Señor".

¡Feliz Navidad a tod@s!

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