miércoles, 22 de noviembre de 2017

MELODIAS LABORALES: "NINE TO FIVE (de nueve a cinco)", Dolly PARTON

DOLLY PARTON
“NINE TO FIVE”


(Letra en inglés y castellano al final del comentario)

Un alegre ritmo country viste esta canción, que sirvió para armonizar la trama de la película “Cómo eliminar a su jefe”, primera película de esta estrella del Folk americano rodada en 1980.

Reconozco que mi reacción epidérmica  a este emparedamiento de título de canción y de película fue de asombro. Querer matar al jefe cuando sólo se trabaja de nueve a cinco parece una exageración propia de reivindicaciones maximalistas, habida cuenta de la queja generalizada que vivimos por estos pagos en relación con horarios poco racionales. Muchos se apuntarían a una canonización en vida de sus jefes, si estos horarios fueran lo habitual en nuestro panorama empresarial.


Sin embargo, la aguda voz de Dolly Parton se lanza -poco después del fin de los acordes iniciales- a una descripción precisa de un estado de acoso, empobrecimiento y de frustración, que empieza a dar fundamento a ideas poco sanas en relación con los directivos de esa organización.

Y topamos con el reto sempiterno del grado de satisfacción de los deseos de promoción, de plenitud y de desarrollo que son satisfechos en nuestras organizaciones. Tenemos ganas de progresar y de avanzar, damos –o afirmamos que damos- lo mejor de nosotros mismos, ansiando la respuesta adecuada en términos de reconocimiento, retribución y recompensas de todo tipo. ¿Qué encontramos, en general? 

Esta canción siempre me ha transmitido la sensación de que muchas veces nos encerramos en una jaula de oro. Refunfuñamos y renegamos de lo que hacen con nosotros; reivindicamos una consideración de nuestro papel y nuestra aportación a una empresa a la que “damos todo”, que nunca llega; atribuimos voluntades perversas a nuestros superiores –incluso a nuestros colegas- por ejercicio de las cuales, sus vidas no tienen sentido sin que haya un día en el que no las ocupen en malograr las nuestras; nos vemos meridianamente inmersos en manipulaciones de todo tipo, dirigidas a engañar a nuestros deseos y nuestras perspectivas profesionales. Sin embargo, al final lo único que esperamos es que un día pase “algo” que cambie todo: que “un barco zarpe”, que “la marea dé la vuelta” o que “toque la lotería” o que…

Reconozco que los tiempos que corren no están como para soñar despierto. Como muchos –menos de los deseables- me han repetido de modo muy similar, darse cuenta el domingo por la tarde de que tienes que ir a trabajar el lunes es más un privilegio que la maldición bíblica que solía ser en tiempos no muy lejanos. La bonanza de  los felices ochenta en la que se compuso la canción no volverá en mucho tiempo a nuestros mercados laborales. Sin embargo, la falta de dominio de nuestra carrera profesional, la abdicación de la obligación que tenemos de ser los gestores de nuestra felicidad laboral y la –permítaseme- infantil y pasiva confianza en que algo cambiará algún día, no dejan de estar presentes en muchos individuos.

Dolly Parton aun no había tomado por aquellos años un café, o un brebaje esotérico “new wave”, con un jovencísimo Steve Jobs que se encontraba por aquellos años soñando despierto en un garaje californiano y al que le quedaban veinticinco años para darle este consejo…si Dolly Parton se hubiera matriculado en la Universidad de Stanford: “tu tiempo es limitado, de modo que no lo malgastes viviendo la vida de alguien distinto. No quedes atrapado en el dogma, que es vivir como otros piensan que deberías vivir. No dejes que los ruidos de las opiniones de los demás acallen tu propia voz interior. Y, lo que es más importante, ten el coraje para hacer lo que te dicen tu corazón y tu intuición. Ellos ya saben de algún modo en qué quieres convertirte realmente. Todo lo demás es secundario”

Nadie nos va a regalar ni un trabajo, ni un  ascenso, ni un reconocimiento, ni la participación en un proyecto interesante, ni el enriquecimiento de nuestra pobre descripción de puesto, ni el compartir tarea con un equipo retador, ni un despacho más grande. Y si nos lo regalan, mejor será que empecemos a sospechar que la de arena ronda alrededor de nosotros como arpía sanguinaria: nadie da duros a pesetas.

Lo siento, Dolly. Si te sientes preparada para retos mayores y si sientes en el alma que tus energías se están consumiendo por esos parásitos de tu motivación que sólo te dan a cambio los miserables dólares que ganas como sueldo…no cabe sólo preparar el asesinato de tu jefe. No te lo aconsejo, en todo caso. Si el regalo dorado de trabajar de nueve a cinco no te es suficiente, busca otro proyecto, cambia de acera y lábrate tu propio desarrollo.

Acusar al mundo de nuestra desgracia tranquiliza –momentáneamente- la conciencia, pero empobrece nuestra responsabilidad para con nosotros mismos y sólo acaba generando más frustración…o incluso instintos asesinos nada recomendables. 

No hay situación que quede absolutamente fuera de nuestro control, querida Dolly. Y si la hay, mejor no malgastar nuestras energías preocupándonos por sus consecuencias.




Tumble outta bed and I stumble to the kitchen 
Pour myself a cup of ambition 
And yawn and stretch and try to come to life 

Jump in the shower and the blood starts pumpin' 
Out on the street the traffic starts jumpin' 
The folks like me on the job from nine to five. 

Workin' nine to five, what a way to make a living 
Barely gettin' by it's all takin' and no givin' 
They just use your mind and they never give you credit 
It's enough to drive you crazy if you let it 

Nine to five, for service and devotion 
You would think that I would deserve a fair promotion 
Want to move ahead but the boss won't seem to let me 
I swear sometimes that man is out to get me. 
They let you dream just to watch 'em shatter 
You're just a step on the boss-man's ladder 
But you got dreams he'll never take away 
You're in the same boat with a lotta your friends 
Waitin' for the day your ship'll come in 
Then the tide's gonna turn and it's all gonna roll your way. 

Workin' nine to five what a way to make a livin' 
Barely gettin' by it's all takin' and no givin' 
They just use your mind and you never get the credit 
It's enough to drive you crazy if you let it 

Nine to five, yeah, they got you where they want you 
There's a better life and you think about it, don't you 
It's a rich man's game no matter what they call it 
And you spend your life puttin' money in his wallet. 

Nine to five, whoa, what a way to make a livin' 
Barely gettin' by it's all takin' and no givin' 
They just use your mind and they never give you credit 
It's enough to drive you crazy if you let it. 

Nine to five, yeah, they got you where they want you 
There's a better life and you dream about it, don't you 
It's a rich man's game no matter what they call it
And you spend your life puttin' money in his wallet


Me caigo de la cama y tropiezo hasta la cocina,
me sirvo una taza de ambición, 
y bostezo y me estiro e intento despertar a la vida. 

Salto a la ducha, y la sangre empieza a circular,
fuera en la calle, el tráfico empieza a saltar, 
con gente como yo, en el trabajo, de nueve a cinco.

Trabajando de nueve a cinco, qué manera de ganarse la vida
sobreviviendo justo justo, te cogen todo y no dan nada.
Usan tu mente y nunca te dan reconocimiento
suficiente para volverse loco, si les dejas.

De nueve a cinco, por servicio y lealtad, 
Pensarías que merezco una promoción justa
quiero seguir adelante, pero el jefe no parece dispuesto a dejarme.
Algunas veces juraría, que ese hombre va a por mí 
Te permiten soñar, sólo para ver tus sueños hechos pedazos.
Estás a un solo peldaño en la carrera a ser jefe
Pero tienes sueños que él nunca te va a quitar. 
En el mismo barco con un montón de amigos, 
esperando al día en que tu barco zarpe,
y la marea se va a dar la vuelta, 
y todo se va a poner de tu parte.

Trabajando de nueve a cinco ,qué manera de ganarse la vida,
sobreviviendo justo justo, te cogen todo y no dan nada.
Usan tu mente y nunca consigues lo que te mereces,
suficiente para volverse loco, si les dejas

De nueve a cinco, te tienen donde quieren.
Hay una vida mejor, y tu sueñas con ella, ¿no? 
Es un juego de hombres ricos, 
no importa cómo lo llamen,
y tú gastas tu vida metiendo el dinero en su cartera.

De nueve a cinco, qué manera de ganarse la vida
sobreviviendo justo justo, te cogen todo y no dan nada.
Usan tu mente, y nunca te dan reconocimiento
suficiente para volverse loco, si les dejas.

De nueve a cinco, te tienen donde quieren.
Hay una vida mejor, y tu sueñas con ella, ¿no? 
Es un juego de hombres ricos, no importa como lo llamen,
y tú gastas tu vida metiendo el dinero en su cartera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario